Futbol: cuates VS amigas

Ayer comencé a ver el partido de México (del cual no hablaré) rodeado de puras mujeres. Frente a una pantalla de nosécuántaspulgadas, era el único hombre en la habitación y me di cuenta que hay una gran diferencia entre mirarlo con los cuates a hacerlo con amigas. Aquí algunos ejemplos:

• Mientras está el partido, en lugar de mirarlo emocionado, platican, tejen, hablan sobre la serie tal, califican exámenes, se cruzan frente a la tele, o hacen cualquier otra cosa que no sea mirar al partido.
• En lugar de irle a un equipo en particular o un país, le van al tipo más guapo y a sus amigos, sin importar si juega en Méxio o EU, o si es bueno o todo una basura. Entonces, cuando al tipo en cuestión lo cambian, terminó la emoción.
• Al preguntar por un jugador, en lugar de que te den información de tipo: está en la banca, el entrenador no lo metió, el equipo no lo prestó, etcétera, te contestan con un “¿y ese quién es?”
• Cuando llegan a interesarse por el partido, dan gritos tipo “pásala al peloncito (cuando el ‘peloncito’ es del otro equipo)», o “la tenías bien fácil, sólo tenías que chutarle (cuando el jugador estaba a tres cuartos de cancha)”, o “pégale morenito, pégale (cuando no saben el nombre  siempre le dicen morenito, o güerito, etcétera)», o “árbitro chafa, esa era de roja (cuando es una entrada limpia)», o “esa no era de expulsión (cuando es un golpe a la cara sin balón)».
• En lugar de cervezas, hay té  o cafecito.
• En lugar de papas y cacahuates, hay ‘botanita’, la cual es siempre sofisticada como galletas con queso azul, philadelphia con ostiones o, lo menos elaborado, aceitunas rellenas con anchoas.
• Cuando entra un gol después de un fuera de lugar, festejan.
• Es más, cuando hay un fuera de lugar, no entienden lo que pasa. De hecho, no entienden la mayor parte de las reglas.
• Hablan más del diseño del uniforme o las piernas de los jugadores que de la táctica en la cancha.
• Siempre quieren que termine el partido en penales.
• A Eriksson, le dicen Nokia.
• Cuando pierde México, no les importa un carajo y terminan con una frase tipo, “se los merecen, son malísimos. ¿Y si vemos un capítulo de Sex and The City?”.